Agrosavia se declara en crisis presupuestal para 2025

* Respecto a la situación actual de Agrosavia frente al fuerte recorte presupuestal para la presente vigencia nos permitimos informar:

* Agrosavia, la institución pública responsable de la investigación agropecuaria en Colombia reconoce la grave situación fiscal por la que atraviesa el país y las acciones que se han tomado desde el Ministerio de Hacienda para garantizar la sostenibilidad económica y el cumplimiento de la regla fiscal.

* Para la presente vigencia, el presupuesto destinado a esta Corporación tuvo una reducción drástica del 27,5% pasando de $299.325 millones en el 2024 a $216.754 millones en el 2025. En esa reducción se incluyen $10.000 millones que se encuentran aplazados y que solicitamos se siga considerando como una medida temporal y no un recorte definitivo; de esta manera lograremos disminuir el impacto sobre la institución.

Agricultura & Ganadería

(Agrosavia – Martes 25 de febrero de 2025).- La Corporación se permite suministrar la información de los recursos del presupuesto general de la nación transferidos a partir del año 2015. Se recomienda utilizar en los análisis la serie a precios constantes, es decir, el valor real del presupuesto recibido después de descontar el efecto que tiene la inflación, con el objeto de que las cifras sean comparables.

Como se refleja en el gráfico adjunto, el presupuesto 2025 asignado a Agrosavia es el más bajo desde que entró en vigencia la Ley 1731 de 2014, a través de la cual se crea la transferencia de recursos para el cumplimiento de la misión de la Corporación.

Dada la necesidad de continuar aportando a los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo (Colombia potencia mundial de la vida), Agrosavia ha estado en trabajo permanente con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y acordó, como siempre se ha hecho, el Marco de Metas y Resultados que orientará las actividades de la Corporación en el año 2025.

Como lo ha señalado el Ministerio de Agricultura en su comunicado, en la actualidad el proyecto de resolución que ordena la transferencia de recursos del Ministerio a Agrosavia para su operación se encuentra en consulta pública en el portal Sucop.gov.co para observaciones de la comunidad.

Como se ha realizado en el pasado, una vez esté firmada la resolución se activará el pago de los salarios pendientes.

Agrosavia ha sido informada de la realización de marchas previstas organizadas por las y los trabajadores en todo el país. Respetamos el derecho a manifestarse de manera pacífica privilegiando el respeto a las instituciones que nos ha caracterizado siempre como equipo.

Agrosavia ha tomado desde hace una década las medidas necesarias para garantizar la continuidad de su equipo de investigación y de apoyo a través de contratos laborales formales a término indefinido. La entidad es ejemplo en el Programa de Formalización del Empleo Público promovido por el actual gobierno; a cierre de diciembre 2024 se contaba con una planta de 2.020 personas de las cuales el 90 % estaban vinculadas mediante contrato a término indefinido. Dada la magnitud del recorte es necesario reducir el tamaño de la planta de personal garantizando que se paguen las indemnizaciones previstas en la Ley por la terminación sin justa causa.

Tan pronto se informó a nuestra institución del recorte se empezaron a tomar las medidas necesarias para enfrentar esta crisis. La totalidad del equipo de Agrosavia se dedicó a identificar los gastos que pudieran ser principalmente aplazados y otros eliminados con el fin de superar este momento tan desafiante que pone en riesgo la viabilidad de la Corporación. Como resultado de este ejercicio a la fecha se han tomado medidas a través de las cuales se recortan los gastos de operación en $44.000 millones. Dichas medidas serán presentadas a la Junta Directiva de Agrosavia en los próximos días para continuar analizando esta situación y obtener su orientación y la eventual aprobación de medidas adicionales, buscando que el impacto en la reducción del equipo humano sea el menor posible.

Conscientes de la necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento de Agrosavia, continuaremos gestionando recursos diferentes a la transferencia del presupuesto general de la nación para responder a las necesidades de las y los productores del campo. Como resultado de esta gestión exitosa, la Corporación ha movilizado en el último trienio recursos superiores a los $196.000 millones. Por supuesto, para mantener este nivel de logros será necesario contar con nuestro equipo científico.

 Los recursos que recibe Agrosavia generan resultados concretos y pertinentes. A través de la metodología internacional del Balance Social que la institución aplica desde hace siete años, Agrosavia mide el impacto que genera en el país. Gracias al trabajo que realizamos en los territorios con las comunidades y con nuestros aliados, la Corporación le retorna a la sociedad 3,5 veces más de lo que recibe para el desarrollo de su misión.

Seguiremos enfocados en la gestión diligente y transparente de los recursos. En los años 2022 y 2023 tuvimos un nivel de ejecución de los recursos asignados del 99 %. El año 2024 logramos una ejecución del 92,6 % dejando recursos disponibles para garantizar la continuidad de los proyectos de investigación sin poner en riesgo temas tan cruciales como la conservación de los bancos de germoplasma de la nación.

Los 46 proyectos que se desarrollan en el Catatumbo, Cauca, Chocó, Tumaco y Putumayo contarán con prioridad en la asignación de los recursos disponibles dadas las actuales condiciones que se están presentando en esas zonas del país.

En el 2024 realizamos 2.447 encuentros en 413 municipios para compartir e intercambiar conocimientos con la participación de 62.710 asistentes mayoritariamente productoras y productores, mujeres campesinas y jóvenes rurales. Nuestros 13 centros de investigación en todo el país seguirán con las puertas abiertas para mostrar los avances de nuestros proyectos a las comunidades del campo y al público en general, y haremos lo que esté a nuestro alcance para mantener estos puntos de encuentro y diálogo con ellos.

A los usuarios de nuestros servicios de análisis de suelos y de leche les informamos que continuaremos prestando el servicio y dada la criticidad de esa información no habrá afectación y les responderemos en los tiempos ya establecidos.

Con la firma de la resolución, estarían garantizados los recursos necesarios para salvaguardar los bancos de germoplasma de la nación donde se conserva la diversidad genética de nuestro país: Banco animal (10 razas criollas), vegetal (275 especies conservadas a través de 30.000 accesiones de semillas, 1.200 accesiones de especies con multiplicación clonal y 4.000 accesiones en campo) y de microorganismos (2.253 accesiones).

Nos permitimos informar a los financiadores internacionales y nacionales que los 271 proyectos que estamos ejecutando conjuntamente seguirán su plan de actividades de la mejor manera como hasta ahora se ha hecho.

Informamos a la opinión pública que se suspendieron los 22 procesos de selección y contratación que se encontraban en desarrollo. Agradecemos a los cerca de 1.000 candidatos que concursaron para cubrir esas vacantes y les agradecemos su interés de pertenecer a Agrosavia.

Esperamos pronto solucionar esta situación con el apoyo del gobierno nacional para continuar enfocados en nuestro propósito superior: “Transformamos de manera sostenible el sector agropecuario colombiano con el poder del conocimiento para mejorar la vida de productores y consumidores”

Crean “armadura” que protege a la yuca de ataque bacteriano

* La planta de la yuca sería más resistente a enfermedades vasculares al tener la acción de varios genes resistentes descubiertos. Foto Cortesía: Unimedios.

Agricultura & Ganadería

(UNAL – Jueves 23 de enero de 2025).- Cerca del 70% de la producción de yuca en el país se va al traste por culpa de una bacteria que mancha, marchita y descompone las plantas hasta causar su muerte. Con proteínas artificiales, diseñadas en laboratorio, científicos encontraron la manera de “engañar” al patógeno para que, en lugar de atacar la planta, esta se vuelva más resistente.

Los cultivadores de este tubérculo en la Costa Atlántica, los Llanos Orientales y Cauca podrían minimizar las pérdidas en la producción ya que hallazgos como el del grupo de investigación Manihot Biotec, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), son importantes en la obtención de variedades de yuca más resistentes al ataque de enfermedades como la bacteriosis vascular o el añublo de la yuca.

Dicha enfermedad es generada por la bacteria Xanthomonas phaseoli pv. manihotis (Xpm) y sus consecuencias varían según las condiciones del medio del cultivo; si estas son favorables para el desarrollo de la enfermedad y no se controla, las pérdidas pueden ser del 15 al 100% en aproximadamente dos o tres ciclos de cultivo.

El biólogo Nicolas Orjuela Rodríguez, investigador del grupo Manihot Biotec, menciona que “la enfermedad se disemina de un área a otra y de una época de crecimiento a la siguiente, principalmente por la plantación de estacas infectadas, y también por herramientas, insectos y lluvia que la dispersan en las áreas que rodean los cultivos”.

A partir de genes de la propia bacteria, los investigadores del grupo Manihot Biotec han conseguido ubicar en estudios previos, nuevas fuentes de resistencia para las plantas, conocidas como Transcription Activator Like Effectors (TALE), proteínas que poseen un mecanismo muy particular de acción mediante el cual logran ingresar al núcleo de la célula de la planta, unirse al ADN y manipular la expresión de sus genes.

Pero ahora, el trabajo del experto Orjuela agrega mayor complejidad al tema, ya que diseñó TALES artificiales o arTALEs (efectoras artificiales similares a activadores de transcripción), con las que también se podría engañar al microorganismo y darle una “cucharada de su propia medicina”.

Las arTALEs son las mismas proteínas que la bacteria sintetiza o procesa naturalmente, pero introducidas en un plásmido, una molécula del ADN circular que sirve como vehículo y que tiene la información para elaborarla. Esto permite que en el laboratorio se haga un pequeño cambio genético en la región genómica donde el patógeno genera el daño.

Para este trabajo se realizaron tres experimentos, uno con una planta sana (control); otro usando la bacteria, y el tercero incluyó la modificación realizada en laboratorio, es decir, con las proteínas artificiales. Luego se observó el progreso de la enfermedad durante 27 días, evidenciando que la planta que tenía la modificación redujo en un 42% los síntomas de bacteriosis vascular.

En el estudio se usó la técnica de PCR semicuantitativa, que permite analizar qué tanto se expresan los genes de resistencia de interés; por otro lado, el diseño de los artTALEs está basado en el protocolo de clonación Golden Gate, una técnica que permite ensamblar las repeticiones genéticas en el orden deseado, como uniendo las piezas de un Lego.

“Si esto ocurrió evaluando tres genes resistentes identificados en otras investigaciones, ¿qué pasaría si estudiáramos al mismo tiempo los 29 que el grupo de investigación ha registrado?, la posibilidad de que la planta tenga una resistencia mayor es alta. Es como imaginar la batería de un teléfono descargado, que con cada gen candidato que se añade va aumentando la carga hasta un 100 %”, indica el biólogo Orjuela.

“Este mecanismo es desconcertante porque se sintetizan señales desde una bacteria, al genoma o material genético de la planta; el efecto que generan las proteínas dentro de la yuca es como un caballito de Troya, que engaña y sabotea desde dentro”, asegura.

Los 29 genes de resistencia de la yuca a las bacteriosis vascular, que han sido identificados desde hace varios años por el grupo de investigación Manihot Biotec, se han encontrado especialmente en municipios como La Vega o Arauca, y en condiciones de invernadero en la UNAL.

La acción de las proteínas en el laboratorio es promisoria para los cultivos de yuca del país, un tubérculo que, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, se produce en los 32 departamentos de Colombia.

El investigador enfatiza en que para entender lo que ocurre en la interacción entre la yuca y la bacteria, es importante ver el fenómeno como un rasgo complejo, como una agrupación de varios genes funcionando al mismo tiempo, que determinan la resistencia de la planta, y no solo como un único gen aislado que se prende y apaga.

“Es similar a lo que sucede con los humanos al tratar de comprender rasgos como la altura, que no depende de un solo gen, sino que hace parte de un conglomerado complejo de genes e interacciones actuando al mismo tiempo”, afirma el biólogo, quien en su trabajo contó con la dirección y apoyo del profesor Camilo López Carrascal, del Departamento de Biología.

Bolsas de semilla de mango serían una alternativa a los plásticos tradicionales

* Gracias a su alto contenido en compuestos aprovechables, el mango, rico en almidón y nutrientes, se convierte en la base de biopelículas o “plásticos” biodegradables.

Agricultura & Ganadería

(UNAL – Martes 21 de enero de 2025).- Las biopelículas hechas a partir de residuos de mango se convertirían en una solución ecológica para reemplazar las bolsas de plástico de un solo uso. Este innovador material, desarrollado por Stephania Hurtado Páez, estudiante de la Maestría en Ciencias – Física de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, no solo es biodegradable, sino que además se degrada en agua caliente (70°C).

En la investigación se utilizan residuos industriales de esta fruta para desarrollar biopelículas biodegradables que reemplazarían los empaques plásticos convencionales. “Estamos aprovechando las semillas de mango, que normalmente se desechan, para extraer almidón y fabricar un material similar al plástico pero que se degrada fácilmente”, explica Stephani.

El proceso comienza con la recolección de las semillas de mango provenientes de residuos industriales, como los generados durante la producción de pulpa. Estas semillas se lavan y pelan para extraer el cotiledón, o almendra interna, que contiene un alto porcentaje de almidón.

Uno de los mayores desafíos es evitar el pardeamiento, es decir el oscurecimiento de la semilla, un fenómeno que afecta la calidad del almidón. Para ello, la investigadora Hurtado utiliza un agente limpiador a base de limón concentrado.

El almidón limpio se seca en un horno de convección a 40 °C durante 8 horas; luego se tamiza para eliminar impurezas y obtener un producto listo para fabricar las biopelículas, un paso crucial ya que determina la calidad del material final.

El siguiente paso es crear las biopelículas, un material con el que se busca una alternativa ecológica al plástico tradicional. Para mejorar las propiedades mecánicas del almidón –como resistencia y durabilidad–, la investigadora lo combina con gelatina. “El almidón de mango tiende a ser muy elástico, casi como un chicle, pero tiene poca fuerza, por lo que la gelatina ayuda a que el material sea más firme y menos estirable”, explica.

La mezcla se calienta hasta alcanzar el punto de gelatinización del almidón y luego se vierte en moldes de silicona. Para garantizar una textura homogénea se utiliza un sonicador, dispositivo que emite ondas de ultrasonido para eliminar burbujas y asegurar una distribución uniforme. Por último, las biopelículas se secan en un horno de convección durante 14 horas y se obtiene un material flexible y ligeramente elástico, con un acabado homogéneo.

“El almidón de mango combinado con gelatina adquiere una textura similar a un plástico delgado, pero con la ventaja de que es biodegradable y suave al tacto, característica que permite que las biopelículas se adapten bien a distintas formas y aplicaciones, convirtiéndolas en una opción versátil para empaques; es impresionante ver cómo se deshacen en agua caliente, algo que no ocurre con los plásticos convencionales”, describe la investigadora Hurtado.

Aunque el trabajo está en una etapa inicial, los resultados prometen aplicaciones concretas, especialmente en la industria de empaques alimenticios. “Estamos explorando la posibilidad de utilizar estas biopelículas en empaques internos, como los que contienen porciones dosificadas dentro de un empaque principal”, señala la especialista. Este enfoque sería particularmente útil para productos como pulpas de fruta, que requieren envases individuales para su comercialización.

No obstante, antes de que estas biopelículas se puedan comercializar es necesario hacer pruebas adicionales para garantizar su compatibilidad con alimentos y su viabilidad en diferentes condiciones. “La investigación llega hasta un punto, pero hay que realizar estudios de compatibilidad y seguridad para su uso en productos de consumo”, agrega la magíster.

Implicaciones ambientales y sociales

El impacto potencial de este producto va más allá de reducir residuos plásticos, ya que también aborda el problema de los desechos agroindustriales, que a menudo se queman o se desechan de manera inadecuada generando emisiones de CO2 y otros problemas ambientales. “Con esta investigación buscamos cerrar el ciclo de los residuos de mango, transformándolos en un recurso valioso”, sostiene la magíster.

Además, el proyecto impactaría positivamente a las comunidades rurales y agroindustriales, al ofrecerles nuevas oportunidades para el aprovechar loa desechos y generar materiales sostenibles. Este enfoque también está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, particularmente en lo relacionado con la producción y el consumo responsables.

“Es emocionante pensar en el potencial que tienen estas biopelículas. Aún hay mucho por explorar, pero estoy segura de que estamos en el camino correcto para crear una alternativa viable y sostenible”, concluye la especialista Hurtado. Con investigaciones como esta, el futuro de los empaques sería mucho más verde y amigable con el planeta.

Fríjol silvestre costarricense se salvaría de la extinción con el uso de injertos

* Los injertos del fríjol silvestre P. albicarminus presentaron 75 % de prendimiento. Foto Cortesía: Ramiro Andrés Sabogal, magíster en Ciencias Agrarias, UNAL Sede Palmira.

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(UNAL – Lunes 20 de enero de 2025).- Aunque del fríjol existen más de 80 especies reportadas en el mundo, algunas catalogadas como silvestres se encuentran al borde de su desaparición. Es el caso de Phaseolus albicarminus, originaria de Costa Rica, amenazada por la creciente urbanización y el cambio en el uso del suelo, dedicado especialmente al cultivo de café; pero también es susceptible al ataque de parásitos y hongos lo que ha dificultado su conservación y propagación. Mediante el uso de injertos se obtuvieron las primeras semillas disponibles en décadas.

El responsable de este logro es el investigador Ramiro Andrés Sabogal Carvajal, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, quien estableció un método de reproducción asexual (interviene un solo progenitor por lo que las nuevas plantas serán idénticas genéticamente a él) eficiente para aumentar la población de P. albicarminus sin necesidad de depender de semillas originales.

El estudio se realizó en el banco de germoplasma Semillas del Futuro, ubicado en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira, el cual preserva alrededor de 47 especies de fríjol, aunque solo cinco son las más consumidas en el mundo. Gracias a su infraestructura, equipada con cámaras capaces de simular condiciones del hábitat natural, fue recreado el clima de los bosques húmedos de niebla, con temperaturas frescas y baja intensidad lumínica que favorecen su desarrollo.

Para el experimento se compararon tres técnicas tradicionales de propagación asexual (acodos, esquejes e injertos); así, evidenció que este último, el cual consiste en unir un trozo de tejido de una planta con otra para que ambas plantas crezcan como una sola y exhiban las mismas características, fue el más eficaz, con un 75 % de prendimiento -es decir, se dieron, brotaron-, en relación con el 25 % en acodos y el 16,6 % en esquejes.

El acodo consistió en inducir el enraizamiento de una rama aún unida a la planta madre mediante la aplicación de sustratos en un punto del tallo elevado del suelo; y los esquejes, por su parte, implicaron cortar una sección de la planta para arraigarla de manera independiente en el sustrato.

“Una vez observamos que los injertos eran viables los trasladamos a la zona rural de El Cerrito (Valle del Cauca) donde el CIAT tiene dos estaciones experimentales de regeneración, una en Carrizal que se conoce como la finca Corrales y la otra en Tenerife en la finca El Moral”, relata el investigador Sabogal.

En un segundo experimento evaluó 16 variedades de frijol como posibles portainjertos para mejorar la resistencia de P. albicarminus a los problemas del suelo. Tras un análisis exhaustivo identificó los tres más adecuados: P. coccineus, P. dumosus y P. vulgaris, que demostraron ser más resistentes a los nemátodos y hongos.

Resultados promisorios

El magíster estableció en total 53 plantas del fríjol silvestre que fueron distribuidas en distintas estaciones experimentales para su seguimiento. Del mismo modo, a la fecha, el banco de germoplasma Semillas del Futuro en donde trabaja el magíster ha conseguido producir 7 semillas. Además, mediante el uso de injertos logró reducir el tiempo de floración de 12 meses a 8 meses, lo que podría acelerar la producción de semillas y disminuir los costos asociados a su cultivo.

Al respecto, el experto destaca que, “los resultados contribuyen no solo a la preservación de esta especie en peligro, sino que también sientan un precedente en la propagación de otras especies de difícil reproducción, ya que la metodología de injertos y el uso de portainjertos resistentes pueden aplicarse a otras variedades críticas para fortalecer la biodiversidad global”.

En un mundo con un crecimiento poblacional acelerado esta investigación tiene implicaciones de gran alcance para la seguridad alimentaria, ya que P. albicarminus al ser pariente del frijol cultivado posee un invaluable potencial genético que puede ser utilizado para mejorar los cultivos comerciales, haciéndolos más resistentes a plagas y al cambio climático.

El siguiente paso en este proyecto contempla el estudio de su biología floral para garantizar una producción más eficiente de semillas y mejorar la conservación de la especie a largo plazo.

Zoocría, alternativa a la ganadería en Caquetá

* Finca ganadera en el Caquetá. Foto Cortesía: Raúl Arboleda/AFP.

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(UNAL – Miércoles 15 de enero de 2025).- Este departamento, conocido por ser la entrada a la Amazonia colombiana, también es la zona con mayor deforestación del país, tanto así, que en 2021 el Observatorio de Conflictos Socioambientales reportó allí la pérdida de 112.899 hectáreas de bosque. Un modelo de ordenamiento rural que impulse actividades como la zoocría sería fundamental para el óptimo manejo del suelo en esta región –afectado por el uso intensivo de la ganadería–, ya que mediante esta práctica se crían especies amenazadas o en vía de extinción como boas, iguanas, babillas y chigüiros.

Durante su trabajo de campo, la investigadora Sofía Estrada Cely, magíster en Ordenamiento Urbano Regional de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evidenció que varios de los dueños de fincas con los que conversó prefieren talar los árboles para tener más espacio para acumular ganado, “actividad que perjudica el suelo pues el peso de las vacas lo compacta afectando el hábitat de los microorganismos que viven allí, además de la productividad de la pastura”, señala.

Según el Centro de Memoria Histórica, a pesar de que en Caquetá predomina la mediana propiedad, en las adjudicaciones de baldíos se mantiene una distribución desigual de la tierra, pues mientras los predios de gran propiedad representan el 1,6% de los adjudicatarios y controlan el 14,2% de la superficie, los adjudicatarios de pequeña propiedad representan el 24,7% y controlan solo el 3,1% de la superficie adjudicada, es decir que “la mayor parte de la tierra del Caquetá está concentrada en pocas familias de la región”, anota la magíster.

La investigadora identificó que, aunque la ganadería es la actividad que predomina en el departamento no es la principal fuente de subsistencia pues no deja ganancias, ya que por el clima la carne no se puede transportar hacia los mataderos para venderla porque se daña, esto debido a que las vías de acceso son precarias, lo que alarga los trayectos. En ese sentido, lo único que se aprovecha es la leche, por eso el departamento es reconocido por sus quesos y productos lácteos.

“Los bosquesinos, que son los campesinos que no viven del campo sino del bosque, se han visto obligados a buscar otra fuente de subsistencia cazando animales silvestres como micos, borugas, chigüiros e iguanas, es decir que su principal fuente de proteína proviene del bosque”, afirma.

Zoocría como alternativa

La magíster propone crear zoocriaderos de subsistencia humana, y que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) aplique una legalización menos estricta para la preservación de las especies en peligro de extinción. En otras palabras, “los mismos bosquesinos tendrían su criadero, se podrían alimentar y al mismo tiempo asegurarían un número específico de especies para su conservación sin afectar el suelo rural como lo hace el ganado”.

“Cuando un neonato es separado de su madre porque la cazaron para comercializar su piel o para diferentes fines, ese animal sufre de muerte ambiental, es decir que nunca más se podrá incorporar a la vida salvaje porque no sabe cómo sobrevivir, y si se deja libre muere, por eso es importante la zoocría”, explica la investigadora.

Señala además que esta forma de subsistencia garantizaría la incorporación al bosque de especies en peligro de extinción, con la certeza de que no morirán al ser liberadas. Un ejemplo de que estas iniciativas son viables y positivas está en Carmen de Apicalá (Tolima), donde existe un zoocriadero de babillas, en donde el caimán aguja, que estaba cerca de extinguirse, presentó cerca de 45 poblaciones nuevas.

También destaca que otro beneficio es que se puede realizar una variación genética evitando cruces entre familias que podría terminar en la propagación de enfermedades según los animales.

La propuesta de la magíster de implementar la zoocría en Caquetá representa una estrategia innovadora para mitigar la deforestación y ofrecer una alternativa económica sostenible para los campesinos locales.

“Además, no solo combatiría la deforestación, sino que también generaría variaciones genéticas saludables en especies amenazadas, contribuyendo a la biodiversidad y a la reintroducción exitosa de animales a sus hábitats naturales”.

La investigación fue dirigida por el profesor Gustavo Peralta Mahecha, de la Facultad de Artes de la UNAL Sede Bogotá.

Así mejora el rendimiento de la papa Bacatá, con la que se elaboran las papas a la francesa

* Plantas de papa 50 días después de la siembra en la zona de ensayo ubicada en Bojacá (Cundinamarca). Foto Cortesía: Omar Yezid Cristancho Rojas, magíster en Geomática de la UNAL.

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(UNAL – Miércoles 15 de enero de 2025).- El uso de drones y tecnología multiespectral permite optimizar la fertilización en cultivos de papa Bacatá, variedad de uso agroindustrial. Los resultados mostraron que una dosis de 120 kg de nitrógeno y 300 kg de potasio por hectárea mejora significativamente el rendimiento del cultivo, alcanzando 38 toneladas por hectárea, en comparación con las 25 toneladas de los cultivos sin fertilización.

Omar Yezid Cristancho Rojas Martínez, estudiante de la Maestría en Geomática de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, evaluó la respuesta de los cultivos de la nueva papa Bacatá –liberada en Colombia hace tres años y utilizada en la producción de papa a la francesa– ante diferentes dosis de fertilización con nitrógeno y potasio. El ensayo se realizó en una finca comercial de Bojacá (Cundinamarca), dedicada a la producción de esta variedad.

“El nitrógeno es parte fundamental tanto de la clorofila como de los aminoácidos y los ácidos nucleicos de la planta, y su presencia les permite a las plantas desarrollarse de manera óptima, pero cuando hay un déficit de ese nutriente ellas se ven amarillas y dejan de crecer”, explica el estudiante, y agrega que “el potasio es muy importante para el crecimiento de los tubérculos, con la dosis adecuada obtendremos papas más grandes”.

El estudio se midió a través de tecnología avanzada, incluyendo sensores de laboratorio y cámaras multiespectrales para analizar la información en múltiples bandas del espectro electromagnético, más allá de lo que puede ver el ojo humano.

Los sensores se montaron en drones que permiten capturar imágenes del cultivo a 40 m de altura. Además, en laboratorio se realizaron mediciones con sensores para estudiar la reflectancia en el rango de 350 a 2.500 nanómetros, cubriendo tanto el espectro visible como el infrarrojo.

“Queríamos ver cómo esos fertilizantes o esas dosis de nutrientes afectan la respuesta espectral del cultivo”, anota el investigador. La respuesta espectral, que se refiere a la porción de luz reflejada por una superficie, es un indicador importante del estado del cultivo. Este comportamiento de reflectancia (capacidad de la superficie del suelo para reflejar la radiación solar), varía en función de factores como el estrés hídrico, el contenido de nutrientes y la humedad en la planta.

Tratamiento de nutrición

En cuanto al proceso experimental, se implementaron 8 tratamientos de nutrición con distintas combinaciones de nitrógeno y potasio, así: en 7 se aplicaron diferentes dosis de estos nutrientes, y el último no incluyó fertilización.

Durante la primera fertilización se distribuyó el 70 % de la dosis total de fertilizantes en el momento de sembrar, variando entre dosis comerciales, mayores y menores, para evaluar su efecto. A los 40 días se realizó una segunda fertilización aplicando el 30 % restante de los nutrientes.

El monitoreo del cultivo se realizó obteniendo muestras de hojas y vuelos con drones a los 65, 79, 94 y 105 días de la siembra. Los drones capturaron imágenes del cultivo para analizar su distribución, y en laboratorio se midieron los contenidos de nitrógeno y potasio utilizando tecnología como el sensor SPAD para medir la clorofila, un indicador esencial de la salud de la planta.

Los resultados arrojaron que el tratamiento con 121 kg de nitrógeno y 300 kg de potasio por hectárea fue el más eficiente, logrando un rendimiento de 38 toneladas por hectárea, en comparación con las 25 toneladas obtenidas en el tratamiento sin fertilización.

Este hallazgo resulta significativo, ya que según la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa) el rendimiento promedio en Colombia es de unas 25 toneladas por hectárea, es decir que con esta cantidad de nutrientes se obtendrían de 750 a 800 bultos por hectárea, mientras que el promedio reportado por el DANE es de 520 a 530 bultos por hectárea.

Además, el estudio evidenció que la variedad Bacatá –que es de ciclo corto (140-160 días)– es más eficiente en términos de recursos como agua y fertilizantes, y menos susceptible a las condiciones climáticas adversas en comparación con variedades tradicionales.

Por último, los análisis espectrales realizados indicaron que el nitrógeno fue más fácil de detectar mediante los sensores, mientras que los cambios en la fertilización con potasio no fueron tan evidentes. Esto sugiere que la variedad Bacatá requeriría menos potasio que otras variedades, lo que abre la posibilidad de ajustar las dosis de este nutriente en futuros estudios, con el fin de reducir costos y mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes.

Colombia apuesta por la soya del futuro con inteligencia artificial y genética de precisión

* El estudio se realizó en los municipios de Obando y Caicedonia, en el Valle del Cauca, y Puerto Gaitán en la Orinoquia. Foto Cortesía: José Ignacio Rodríguez, candidato a Doctor en Ciencias Agrarias, UNAL Sede Palmira.

Agricultura & Ganadería

(UNAL – Lunes 16 de diciembre de 2024).- Mediante tecnologías de fenotipado de alto rendimiento –como sensores y cámaras de alta precisión–, las cuales se utilizan en la agricultura de precisión para desentramar rasgos involucrados en la respuesta de las plantas a diferentes factores –en este caso, cómo aprovechan la luz y responden a su entorno los cultivos de soya de Obando, Caicedonia (Valle del Cauca) y Puerto Gaitán (Orinoquia)– se desarrollan variedades más resistentes a los efectos del cambio climático.

Gracias a su alto contenido de proteínas, la soya es esencial para la alimentación mundial; no obstante, los cambios en las condiciones climáticas y la radiación solar que las plantas necesitan para realizar la fotosíntesis comprometen la producción de esta leguminosa que en 2023 alcanzó una demanda de más de 370 millones de toneladas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En las regiones estudiadas, las variaciones de la luz solar en diferentes momentos del día y bajo distintas condiciones climáticas dificultan la observación precisa de las características de resistencia en las plantas, un problema que representa una amenaza para la agricultura mundial y se exacerba con el calentamiento de la Tierra.

Ante este problema, el ingeniero agrónomo José Ignacio Rodríguez Valencia, estudiante del Doctorado en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, identificó los genotipos de soya más eficientes y resistentes a la variabilidad solar, para lo cual empleó sensores –como MultispeQ ycámaras de alta precisión– que miden la eficiencia fotosintética y capturan datos relacionados con el uso eficiente de la luz; estas herramientas ofrecen información de calidad y son más económicas.

El interés del investigador Rodríguez nació del trabajo de su colega Diego Felipe Conejo Rodríguez –también candidato a Doctor en Ciencias Agrarias–, quien ha demostrado en fríjol tepary que el uso de descriptores digitales combinados con métodos clásicos mejora significativamente la precisión, el tiempo y la utilidad de los datos fenotípicos. “La fenómica permite traducir los datos complejos generados por sensores en información procesable que acelera la selección de genotipos superiores, optimizando así los programas de mejoramiento”.

“Usar técnicas avanzadas permite identificar variedades adaptadas y productivas en ambientes diversos. Este proyecto busca integrar dichas herramientas para optimizar el mejoramiento genético de precisión en soya, abordando tanto los desafíos de variabilidad ambiental como las limitaciones económicas en recursos tecnológicos”, explica el experto Conejo.

La investigación marca un avance en el uso de la fenómica, una disciplina emergente que integra tecnologías digitales y análisis de datos a gran escala revolucionando la gestión de recursos genéticos y la caracterización de rasgos fenotípicos, como son las cualidades de la planta que resultan de la interacción entre su genética (genotipo) y factores ambientales como el clima, el suelo o los nutrientes disponibles.

Prometedores resultados

En Caicedonia se observó una alta incidencia del hongo madura viche (Calonectria ilicicola), un patógeno que está entre las principales amenazas para los cultivos de soya en la región, lo que hace crucial evaluar la resistencia de las plantas bajo estas condiciones.

En el estudio también se evaluaron 6 genotipos testigos locales, seleccionados para comparar su comportamiento frente al patógeno y determinar cuál de las variedades evaluadas ofrece una mejor resistencia. Se destacaron 21 variedades resistentes al patógeno, entre ellas GS006, GS0013, GS0015 y GS21.

“Estos hallazgos impulsarían programas de mejoramiento de soya, ya que ofrecen opciones para mejorar el rendimiento y reducir las pérdidas económicas causadas por la enfermedad, favoreciendo la sostenibilidad en la producción local”, informa el investigador Rodríguez.

De cara al próximo semestre, el tesista planea incorporar el uso de índices como el de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) –el más común de varios índices de vegetación derivados de observaciones en imágenes de percepción remota– para evaluar las enfermedades de manera más precisa y eficiente, lo que permitirá llevar un monitoreo detallado de la salud de los cultivos y mejorará la capacidad de respuesta ante futuros brotes de patógenos.

El uso de tecnologías como los sensores de bajo costo y los procesos de evaluación genética de variedades hace más asequible los programas de mejoramiento, y además la metodología propuesta por el investigador Rodríguez se puede replicar en diversas regiones, en otros cultivos estratégicos para el país.

Para el procesamiento de los datos y el análisis de las variables el tesista utiliza algoritmos de aprendizaje automático, como Random Forest y redes neuronales con el fin de identificar patrones de adaptación y genotipos superiores de la planta.

“Mi mayor interés es que los agricultores reconozcan a la UNAL como una fuente de información que les aporta en sus decisiones y en el mejoramiento de sus cultivos, para reactivar el agro en Colombia, especialmente en soya y maíz”, destaca.

Fríjol crece más con abonos verdes como el maní forrajero

* Cultivar fríjol con abonos verdes mejora hasta en 40% la productividad. Foto Cortesía: Diego David Jamioy, doctor en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira.

Agricultura & Ganadería

(UN – Jueves 28 de noviembre de 2024).- El abono de maní forrajero (Arachis pintoi) aumentaría hasta en 40% la fotosíntesis y mejoraría el rendimiento del fríjol común (Phaseolus vulgaris) variedad Calima. Este hallazgo beneficiaría cultivos fundamentales para la soberanía alimentaria como el tomate, la habichuela, el pimentón, el trigo y la soya.

Pese a su importancia en la alimentación mundial, el fríjol, como muchas plantas C3 (que no tienen adaptaciones fotosintéticas para reducir la fotorrespiración), afronta limitaciones en su eficiencia ya que durante la fotosíntesis produce un compuesto de tres carbonos en el que pierde parte de su capacidad para capturar dióxido de carbono (CO2) y convertirlo en energía.

La fotosíntesis es el proceso metabólico por el cual las plantas verdes convierten sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) en sustancias orgánicas (hidratos de carbono) desprendiendo oxígeno, para lo cual aprovechan la energía de la luz solar. Además, es el principal proceso de nutrición de las plantas y de otros organismos dotados de clorofila.

Las plantas C4 –por ejemplo el maíz– tienen una fijación de CO2 más efectiva, y las plantas CAM –como la piña, la pitahaya o la orquídea– reducen al mínimo la fotorrespiración y ahorran agua mediante la separación de estos pasos en el tiempo, entre el día y la noche.

A diferencia de estas, las C3 son menos eficientes en ambientes cálidos, lo que afecta su crecimiento y productividad. Dicha pérdida ocurre porque la enzima ribulosa-1,5-bisfosfato carboxilasa/oxigenasa (RuBisCo), esencial para la fotosíntesis, puede reaccionar tanto con el dióxido de carbono como con el oxígeno.

En condiciones de altas temperaturas o bajo nivel de dióxido de carbono, la enzima RuBisCo favorece la reacción con el oxígeno, lo que da lugar a un proceso llamado fotorrespiración, en el que la planta consume energía y carbono en vez de producir azúcares, lo que disminuye su rendimiento.

La buena noticia es que en el Doctorado en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira abordaron esta limitación y demostraron que el dióxido de carbono producido por la descomposición del maní forrajero puede aumentar la productividad de las plantas C3 mejorando la cantidad y calidad de los granos.

“Aumentando la cantidad y el peso seco de los granos por planta registramos un mejor rendimiento agronómico en comparación con las que crecieron en suelos sin abonos verdes. Así mismo, la actividad microbiana del suelo aumentó generando un flujo constante de dióxido de carbono disponible para las plantas”, informa el investigador Diego David Jamioy Orozco, doctor en Ciencias Agrarias.

Evaluando el rendimiento

El estudio se desarrolló en la casa de mallas (especie de invernadero con mallas en vez de plástico), en donde el tesista realizó cinco experimentos con un diseño de bloques completos al azar, con cinco repeticiones cada uno y utilizando macetas de 20 litros para garantizar las condiciones controladas.

Los tratamientos incluyeron la incorporación del maní forrajero en 4 formas distintas: fresco, seco, lombricompuesto (que se obtuvo después de tres meses de alimentar lombrices rojas californianas exclusivamente con maní forrajero fresco) y en cenizas, además de un testigo o una planta C3 que no recibió ninguna aplicación.

Luego analizó y tomó datos del rendimiento del cultivo, de la respiración del suelo y de la tasa fotosintética para medir la velocidad a la que las plantas C3 realizaron el proceso de fotosíntesis, es decir, convirtieron el dióxido de carbono y el agua en compuestos orgánicos –como azúcares– utilizando la energía del sol, proceso en el que también liberan oxígeno.

Cabe anotar que aunque el aire contiene naturalmente CO2, el gas carbónico generado en el suelo se encuentra en mayor proximidad a las raíces y hojas inferiores de las plantas, lo que facilita su absorción y les permite un mejor crecimiento.

La semilla de fríjol empleada para el estudio contó con la respectiva certificación y las siguientes características: humedad del 14%, porcentaje de germinación del 85%, semilla pura declarada 98%, semilla de otros cultivos 0%, mezcla vegetal 1% y rendimiento por hectárea 1.700 kg.

Por su parte, el abono verde de maní forrajerose colectó en los terrenos de la Institución Educativa Monseñor José Manuel Salcedo Sede Luis Gerardo Salamanca, ubicada en el corregimiento del Bolo San Isidro, en Palmira (Valle del Cauca).

Resultados promisorios

Los resultados mostraron que el dióxido de carbono liberado por el uso del maní forrajero en descomposición incrementó en 40 % la productividad del fríjol común sin necesidad de fertilizantes químicos adicionales, una solución económica para los agricultores y amigable con el medioambiente.

El fríjol tratado produjo más granos de alta calidad, demostrando que no solo restaura el suelo, sino que además impulsa la productividad. Este modelo se puede aplicar a otros cultivos relevantes en el mundo –como el arroz y el trigo– asegurando los alimentos de la canasta básica.

El tesista confirmó que las plantas no solo consumen CO₂ del ambiente, sino que también recirculan el producido por la actividad microbiana del suelo, integrándolo en sus procesos metabólicos, lo que les ayudó a mejorar el rendimiento.

Los abonos frescos generaron la mayor tasa de respiración del suelo, mientras que las cenizas y el compost mostraron niveles significativamente menores.

Clorofila Maps, tecnología para medir uso eficiente y sostenible de fertilizantes

* La licencia de esta tecnología que pertenece a la UNAL está disponible para fines educativos. Foto Cortesía: Igor Stevanovic / Science Photo Istscience Photo Library vía AFP.

Agricultura & Ganadería

(UN – Miércoles 13 de noviembre de 2024).- Con una aplicación para teléfonos inteligentes, junto con un dispositivo impreso en 3D, se ha desarrollado un sistema que mide de forma rápida y económica el contenido de nitrógeno y clorofila en las plantas de cultivo, como por ejemplo soja, arroz, maíz, e incluso flores. Esta herramienta busca reducir el uso indiscriminado de fertilizantes, contribuyendo así a la protección del ambiente, al tiempo que optimiza el rendimiento agrícola. La tecnología ya está disponible para uso educativo.

El nitrógeno es un componente vital del ADN y de las proteínas de cualquier forma de vida en el planeta, y es el nutriente más utilizado en los fertilizantes; además forma parte estructural de la molécula de la clorofila, principal pigmento que le otorga la coloración verde a las plantas y que es el responsable de absorber la energía luminosa necesaria para iniciar el proceso de fotosíntesis, mediante el cual ellas convierten el carbono, el oxígeno y el hidrógeno que obtienen del aire y del agua en azúcares simples que permiten su desarrollo.

El ingeniero agrónomo Juan Carlos Pérez Naranjo, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín y director del proyecto, explica que “la planta solo aprovecha entre el 30 y el 50 % del fertilizante sintético utilizado, el resto del nitrógeno se desnitrifica o elimina, percola (moverse a través de un medio poroso) por el suelo en forma de nitratos que pasan al agua subterránea y se volatiliza en el aire”.

Por el contrario, Clorofila Maps establece cómo aplicar nitrógeno de forma correcta: “así se ahorrarían muchos problemas de contaminación en el planeta y se obtendrían los mayores rendimientos posibles; además la cantidad de nitrógeno solo, como fertilizante, es mucho mayor que la de sumar todos los demás nutrientes”.

Según la Asociación de Técnicos de la Caña de Azúcar (Tecnicaña), Colombia es uno de los mayores consumidores de fertilizantes de América Latina, gastando alrededor del 35 % del coste de producción de alimentos en fertilizantes y productos agroquímicos.

App y dispositivo 3D funcionan en celulares

El desarrollo de Clorofila Maps es parte de una investigación doctoral en Ciencias Agrarias, adelantada en la UNAL Sede Medellín por Karen Stefanie Ospino, cuya tesis se centra en el ajuste de un dispositivo con tecnología 3D, acoplado al sensor de luz ambiental de los teléfonos inteligentes, el cual logró medir la cantidad de clorofila y nitrógeno en cultivos como palma de aceite, café, cacao, papa y pasto kikuyo.

“El sistema se puede aplicar en cualquier cultivo; las mediciones que aparecen en cuestión de segundos en la aplicación (app)móvil les permiten a los agricultores tomar decisiones precisas sobre la cantidad de fertilizante que deben aplicar. Con este accesorio y la aplicación móvil cualquier agricultor puede evaluar si es necesario fertilizar o no, dependiendo de la concentración de nutrientes en las hojas”, explica el docente de la UNAL.

Añade que “es muy común que los agricultores apliquen la misma cantidad de fertilizante en todo el campo sin conocer realmente las dosis que requieren, o que en ocasiones no se necesita la misma cantidad en toda el área, o ni siquiera se debe aplicar cuando la planta tiene los suficientes niveles críticos de ese nutriente”.

La aplicación no solo permite medir estos nutrientes, sino que también utiliza el GPS del teléfono para georreferenciar los datos, creando un mapa del campo con la distribución de nitrógeno y clorofila en tiempo real. Esto permite identificar áreas específicas que requieren fertilización, evitando la aplicación uniforme en todo el terreno.

“Este sistema permite determinar cuánto nitrógeno necesita una planta, evitando excesos y sus efectos negativos. Por ejemplo, si el nivel crítico del aguacate es 2,5% de nitrógeno, al medirlo con el accesorio 3D, si las hojas superan ese porcentaje, no se aplica fertilizante. La clave está en conocer el nivel crítico, es decir la concentración de nutrientes por encima de la cual la planta no responde al fertilizante, o por debajo del cual sí lo hace para su crecimiento”, subraya el profesor.

De bajo costo y fácil de usar

Una de las ventajas de esta tecnología es su bajo costo y facilidad de acceso, mientras que los métodos convencionales de análisis de suelo y plantas requieren movilizar las muestras hacia laboratorios con equipos especializados y personal capacitado, Clorofila Maps ofrece una alternativa rápida y accesible.

“Con este sistema se pueden tomar más de 1.000 lecturas en una mañana y no se tiene que esperar días a que salgan los resultados, también se reduce la huella de carbono sin tener que enviar las muestras de un lado a otro”, anota el profesor Pérez.

La licencia de esta tecnología que pertenece a la UNAL está disponible para fines educativos. Esto significa que la aplicación y el dispositivo se pueden emplear en clases de agronomía y en talleres de formación para estudiantes y agricultores, promoviendo así el uso responsable de los recursos en el campo.

“El diseño del dispositivo está publicado como ‘diseño abierto’ para que cualquiera pueda replicarlo utilizando una impresora 3D, lo que facilita su adopción en cualquier parte del mundo; ya determinar los nutrientes se tendría que calibrar en cada lugar si se construyen en otros lugares sus equipos”, destaca.

El dispositivo se puede replicar a partir de las instrucciones en esta dirección:

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2468067224000919

Semillas de asaí, la pepa de nutritivo y saludable suplemento para tilapias

* El asaí es el fruto de una palmera autóctona de las selvas colombianas. Foto Cortesía: Evaristo SA-AFP.

Agricultura & Ganadería

(UN – Viernes 1 de noviembre de 2024).- La eficacia del suplemento radica en utilizar una enzima que descompone las semillas de la palmera asaí (Euterpe precatoria) – también conocida como azaí, acaí, o açaí en portugués– en fragmentos de azúcar que contienen pequeñas unidades de esta y que contribuyen a la alimentación de los microorganismos “buenos” del intestino de los peces, favoreciendo así una flora intestinal equilibrada y reduciendo el uso de antibióticos.

El suplemento, elaborado por el Grupo de Alimentos Frutales (GAF) del Instituto de Biotecnología y Agroindustria (IBA), de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, fortalecería la salud intestinal de las tilapias de manera natural, disminuyendo así, en parte, de la dependencia de antibióticos.

Sarha Lucía Murillo Franco, magíster en Ingeniería de la UNAL Sede Manizales, aclara que “este no posee propiedades antibióticas, pero como mejora el funcionamiento intestinal de los peces, estos se enferman menos, y por lo tanto se reduciría el uso de antibióticos, lo cual beneficiaría tanto a las tilapias como a las personas que las consumen”.

Al entrar en el sistema digestivo, los antibióticos generan residuos que se pueden filtrar en el entorno y contribuir a la resistencia antimicrobiana, un problema de creciente preocupación global. Se estima que al menos 700.000 muertes anuales son atribuibles a infecciones resistentes a antibióticos. Este número podría aumentar a 10 millones para 2050 si no se toman medidas adecuadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).

“Se trata de un mecanismo similar al que ejercen los prebióticos en los humanos; recordemos que estos son un tipo de nutrientes que sirven para la buena salud del intestino”, explica el profesor Carlos Eduardo Orrego, del IBA de la UNAL Sede Manizales.

Así, la investigación del magíster Murillo apuesta por aprovechar el potencial industrial que tienen los residuos del asaí. Aunque se trata de un fruto muy popular y cada vez más valorado en el mercado por sus propiedades antioxidantes, su procesamiento genera muchos residuos, ya que solo se consume la parte externa de la fruta y se desecha la semilla, la parte más voluminosa del fruto.

En Colombia el asaí se produce en las selvas chocoanas y amazónicas, “debido a su clima cálido y húmedo el cultivo de esta palma contribuiría a una economía más sostenible al reducir el desperdicio generado por la industria”, anota.

Alternativa natural

Además de liderar investigaciones en biotecnología, el IBA es pionero en el proceso de inmovilización de enzimas, una técnica que permite fijar estas proteínas en una superficie de resina de pino, un material poroso que permitiría su reutilización en múltiples ciclos de producción sin perder efectividad.

“Este proceso es un avance en la tecnología de procesamiento enzimático, ya que la inmovilización prolonga la vida útil de las enzimas y reduce los costos al permitir que se puedan usar repetidamente en los procesos productivos”, señala la investigadora Murillo. En el caso de la mananasa utilizada en este proyecto, la inmovilización facilitaría su reutilización en varias fases de la producción, maximizando su rendimiento y reduciendo los costos del suplemento.

La inmovilización de enzimas no solo reduce los costos de producción, sino que también ayuda a mantener un proceso sostenible y libre de contaminantes. Como no requieren ácidos agresivos, las enzimas inmovilizadas representan una opción segura para el medioambiente y para la industria alimentaria, por ahora enfocada en animales.

Los resultados muestran que el uso de la mananasa en la producción de suplementos no solo proporciona una alternativa más suave con respecto al uso de ácidos, sino que también se alinea con los objetivos de la economía circular al aprovechar un subproducto agrícola.

El proceso enzimático utilizado en este proyecto se presenta como una inversión que se puede recuperar a largo plazo. Aunque el costo de la enzima fue de 170 dólares por kilogramo (USD/kg) en 2021, otros insumos, como el ácido, tienen un precio cercano a los 147 USD/kg. El equipo de la UNAL señala que, a pesar de estos costos iniciales, los beneficios ambientales obtenidos durante la producción del activo funcional equilibraría estos gastos.

Hasta el momento los resultados son muy prometedores, aunque aún quedan etapas por superar. Entre los próximos pasos se planea confirmar los beneficios de los mananoligosacáridos en la salud animal.

La investigadora, quien ahora es candidata a Doctora en Biotecnología en la Universidad Estadual Paulista (UNESP) en Brasil, señaló que estas pruebas futuras brindarían información valiosa para que los productores adopten este tipo de suplementos en la dieta de los animales.