9 de mayo de 2024

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En Nariño, los suelos tienen aliados clave contra enfermedad de la uchuva

* Doce microorganismos controlan eficazmente el 80% de la enfermedad del marchitamiento vascular en el cultivo de uchuva en Nariño. Foto Cortesía: Diana Sorany García Valderrama, magíster en Ciencias Agrarias UNAL.

* En suelos nariñenses se identificaron 12 microorganismos presentes en suelos rizosféricos -que están en estrecho contacto con la superficie de la raíz de las plantas- controlan eficazmente el 80% el marchitamiento vascular de la uchuva, la enfermedad más limitante y de mayor impacto económico y productivo de esta fruta, causado por Fusarium oxysporum, hongo de difícil control, puesto que ha desarrollado resistencia a muchos de los fungicidas utilizados para su control.

Agricultura & Ganadería

(UNAL – Martes 16 de enero de 2024).- El cultivo de uchuva es en la actualidad una oportunidad de desarrollo para los fruticultores colombianos, al ser el segundo fruto exótico de mayor demanda en el mercado internacional después del banano, ya que equivale a 23,5 millones de dólares en exportaciones.

Desde 2016, Boyacá es el primer departamento productor de uchuva en el país, representando el 60% de producción en el mercado nacional con 388 hectáreas de cultivo de las 745 sembradas en el país, una productividad promedio de 6.354 toneladas y un rendimiento por hectárea de 16.376 kilogramos para 2011, siendo Arcabuco el principal municipio productor (30%), seguido de Ramiriquí (19%) y Ciénega (14%). Nariño, Antioquia y Cundinamarca son productores secundarios de la uchuva en Colombia.

Aunque la demanda de este producto se ha incrementado debido a la excelente calidad del fruto reflejada en los altos contenidos de azúcares y su utilidad en la industria farmacéutica, cosmética y alimenticia, la uchuva se ve afectada por varias enfermedades, entre ellas el marchitamiento vascular, provocado por F. oxysporum que ataca la planta hasta matarla, provocando pérdidas de entre el 60 y 80%.

Diana Sorany García Valderrama, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), menciona que, “para el control preventivo de hongos del suelo se han reportado diferentes métodos para su manejo, como el tratamiento de los suelos de siembra mediante el uso de altas temperaturas (comúnmente producidas durante el compostaje), la vaporización o la solarización del suelo, cambios en el pH, rotación de cultivos y fumigación con bromuconazol y procloraz, las cuales no han resultado eficaces”.

En este sentido, los consorcios microbianos se consideran una alternativa viable para el control de enfermedades, dada la complementariedad de los modos de acción. Así, su investigación demostró que microorganismos como Beauveria bassiana, Scopulariopsis brevicaulis, Trichoderma viride, Bacillus subtilis, Pseudomonas chlororaphis, utilizados en suelos rizosféricos de plantas sanas de uchuva en fincas de Puerres y Gualmatán en Nariño, resultaron prometedores para controlar el marchitamiento vascular.

Un hallazgo crucial para la salud del cultivo, ya que estos microorganismos ayudan a contrarrestar los efectos negativos del hongo patógeno.

Según la investigadora, “las prácticas culturales que contribuyen a la supresividad contra el marchitamiento vascular en esta región implican que las actividades agrícolas y de manejo del suelo pueden tener un impacto positivo en la prevención de la enfermedad. Esto podría incluir aspectos como la rotación de cultivos, el control de plagas y la elección de variedades resistentes”.

Destaca el papel crucial del compost, que es un tipo de abono orgánico obtenido a partir de residuos vegetales descompuestos. El creado por ella mostró ser efectivo en la reducción de la incidencia de F. oxysporum.

Lo anterior sugiere que la incorporación de compost a los suelos puede ser una estrategia efectiva y beneficiosa para la salud de los cultivos al disminuir la presencia del patógeno y mejorar las condiciones del suelo.

Para llevar las evaluaciones se utilizaron semillas de uchuva las cuales fueron desinfectadas con etanol al 70% e hipoclorito de sodio al 3%, seguido de lavados con agua estéril y secado. Luego, se sembraron en tazas plásticas con turba estéril canadiense y se regaron con agua de grifo.

Después de 20 días, las semillas germinadas se trasplantaron a bandejas con turba estéril, se fertilizaron 15 días después del trasplante y semanalmente con una solución nutritiva. Para evaluar la capacidad del suelo para suprimir enfermedades, se usaron plantas de 50 días de edad.

El suelo rizosférico con potencial de supresividad se obtuvo de raíces de plantas sanas, en las que no se observaron síntomas del marchitamiento vascular, en dos cultivos contrastantes en su manejo, uno convencional y otro orgánico. El primero fue colectado en la finca el Tablón, ubicada en la vereda San Mateo, municipio de Puerres; el cultivo presentaba una edad de 12 meses y su manejo era convencional. El segundo se obtuvo en la finca Yale, localizada en la vereda Cuatis, municipio Gualmatán, cuyo cultivo tenía cinco meses de edad y su manejo era orgánico.

Comparando las condiciones de los suelos evaluados en términos de diversidad bacteriana, se destacó la influencia de características como el pH del suelo (6.07), el contenido de materia orgánica (2.82%), y la cantidad disponible de fósforo (311.26 mmol/g), que podrían explicar la mayor presencia de rizobacterias.

Esta investigación no solo arroja luz sobre estrategias eficaces de control del marchitamiento vascular, sino que también subraya la importancia de considerar y potenciar la riqueza microbiana del suelo para fortalecer la salud de los cultivos en la región de Nariño.

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