28 de abril de 2024

Compartir

Sorbetes, helados y hasta en polvo, las muchas maneras de aprovechar el asaí en Chocó

* El naidí carece de una valorización productiva en el mercado nacional. Foto Cortesía: Universidad Nacional de Colombia.

Agricultura & Ganadería

(UN – Jueves 2 de noviembre de 2023).- En el barrio Avenida Bahía Solano de Quibdó, 30 campesinos aprendieron a sacarle provecho a esta baya redonda y púrpura, rica en vitamina C, hierro y antioxidantes, que paradójicamente se desaprovecha en la región. En su recolección, despulpado, conservación y estrategias de mercadeo, por ejemplo, como postre, helado e incluso como concentrado para peces, estaría el secreto que convertiría su producción en una alternativa de desarrollo económico, apoyado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.

Ubicado al lado izquierdo del río Atrato, a la altura del malecón de Quibdó, Avenida Bahía Solano está construido en su mayoría por viviendas palafíticas, informales, que periódicamente afrontan riesgos naturales como la inundación y erosión de su margen. Sin embargo, existe una reserva forestal de palma donde el asaí es abundante, pero los habitantes de la zona sabían muy poco sobre él.

Hasta allí llegó el Grupo de Alimentos Frutales (GAF) dirigido por el profesor Carlos Eduardo Orrego Alzate, del Instituto de Biotecnología y Agroindustria (IBA) de la Sede Manizales, para identificar los alimentos promisorios o de posible potencial para que la comunidad saque provecho de ellos.

Se dieron cuenta que el asaí–naidí, como se conoce en la región– además de ser abundante en Quibdó, también se encuentra en el Bajo Baudó, Bojayá, Vigió Fuerte en Antioquia y Buenaventura; además, entre sus competidores están la palma milpesos para la producción de aceites; la papa china para el desarrollo de colorantes; y frutas como el borojó y árbol de pan, de amplio consumo sobre todo en fresco.

“Identificamos que al bajar el racimo se desperdicia hasta un 30 % de la baya madura; además, al hacerlo así el tallo de la palma se puede dañar, lo que afectaría su óptimo crecimiento y de paso, la próxima cosecha del fruto, que se da en abril y agosto”, señala Natalia Salgado, estudiante de Doctorado en Ingeniería – Industria y Organizaciones del IBA.

Entre 2019 y 2022, un equipo de químicos, agrónomos, administradores de la Sede Manizales, en colaboración con la Universidad Tecnológica del Chocó, realizó evaluaciones de mercado y competitividad, impacto de productos y capacitación, entre otras acciones, en emprendimientos para sacarle el jugo al asaí.

“Nos centramos en fortalecer buenas prácticas agrícolas sobre el manejo del fruto, ya que el método tradicional no era eficaz, ya que solo se aprovechaba el 15 % de la fruta. Para preservar esta prodigiosa baya, es importante mantener la línea de producción, ya que es altamente perecedera, es decir se madura muy rápido”.

A los 30 campesinos que formaron parte del proyecto les enseñaron técnicas de recolección, incluyendo el uso de equipo de seguridad como cascos, guantes, gafas y arneses para trepar a las palmas. También se instruyeron en la limpieza en seco para eliminar impurezas como palos y evitar la presencia de insectos, como el coccotrypes sp, cuyas larvas tienen la capacidad para dañar el tallo de las palmas.

Al estar libre de impurezas, el naidí se sumergió en agua tratada con concentraciones mínimas de etanol entre 15 y 20 minutos a 90 °C para ablandarlo; después se puso en agua fría para que la ciruela se desprendiera con facilidad.

Para la fase productiva se implementaron 3 técnicas, y a través de pruebas de laboratorio y en campo se estimó su tiempo de duración, o conservación, especialmente para uso comercial, es decir recurrente en el mercado. Con esta materia prima los campesinos elaboraron postres, helados y sorbetes. A una temperatura de -18 °C la pulpa se conserva hasta cuatro meses.

Otro método de aprovechamiento fue la deshidratación o liofilización, en la que se seca y se muele la ciruela hasta convertirla en polvo; en esta presentación se conserva hasta un año.

En otra línea de uso para el naidí, Sara Lucía Murillo Franco, estudiante de la Maestría en Ingeniería Química, está probando la semilla para la elaboración de piensos (o concentrado para peces), de manera que pescadores de la región lo puedan utilizar.

CANAL DE NOTICIAS