
* El proyecto reúne a más de 30 investigadores tanto de la UNAL como de cuatro grupos de investigación de las Universidades del Cauca, De Lund y del Real Instituto de Tecnología, estas dos últimas de Suecia.
Agricultura & Ganadería
(UN – Lunes 13 de marzo de 2023).- Aunque la pesca artesanal –que se realiza con técnicas tradicionales como redes o anzuelos– ha sido el epicentro de la economía, la cultura y la seguridad alimentaria en Guapi, al suroccidente de Cauca, en pleno siglo XXI se sigue haciendo de manera precaria. Pero hay buenas noticias: investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y la comunidad avanzan en el diseño y la construcción de una lancha que proteja a los pescadores durante sus arduas jornadas en altamar.
Cada mes, dependiendo de la especie –gualajo, corvina, pelada, pargo rojo, sierra, alguacil, bagre o ñato–, los pescadores guapireños se preparan para enfrentarse al temperamental océano Pacífico, el mismo en cuyas aguas bravías el portugués Hernando de Magallanes perdió una de sus naves hacia 1520.
En ese mar, considerado como el más gran y profundo de la Tierra, se internan entre tres y hasta siete días a la semana tripulaciones indefensas, que mojadas y sin cobertura impermeable han aprendido a resistir los fuertes vientos y el agresivo oleaje. Hasta la comida se les moja, y muchas veces no pueden cocinarla en la pequeña estufa de leña o de gas que cargan.
«Durante la faena dormimos en camas improvisadas hechas con plásticos o en tablas atravesadas en las lanchas, y además de los embates de la naturaleza también debemos lidiar con la delincuencia», relata el pescador Sebastián Longo.
Los pescadores de Guapi son los más entusiasmados con el proyecto internacional e interinstitucional «Econavipesca del Pacífico: ecosistema para la navegación pesquera sustentable en el municipio de Guapi, Cauca».
El proyecto reúne a más de 30 investigadores tanto de la UNAL como de cuatro grupos de investigación de las Universidades del Cauca, De Lund y del Real Instituto de Tecnología, estas dos últimas de Suecia. Sus aportes sobre el conocimiento ancestral del territorio y sus atributos culturales forman parte de la materia prima con la que se está valorizando la pesca artesanal sustentable.
En un ejercicio de co-creación, comunidad y academia diseñan y construyen una embarcación para atender las necesidades básicas de los pescadores durante sus faenas, con lo cual reivindican la dignidad de su oficio y mejoran sus condiciones de vida.
La diseñadora industrial Lesly Nathaly Quevedo, de la UNAL Sede Palmira y quien forma parte del proyecto, afirma que «las palabras ‘vida digna’ o ‘dignidad’ son importantes para todas las partes que articulan el modelo de creación de valor de la pesca artesanal en Guapi».
El pescador Longo anota que «quisiéramos que la embarcación incluyera espacios para dormir, cocinar, e incluso realizar nuestras necesidades fisiológicas».
Las barcas que utilizan hoy son de fibra de vidrio, ya hay muy pocas de madera, las cuales funcionan con un motor fuera de borda –instalado en la parte exterior de la embarcación– y alimentadas por pequeños motores de 15 caballos de fuerza; en otras oportunidades se utilizan remos.
¿Cómo se construye la embarcación?
La lancha tendrá 11 m de eslora (longitud) y 4 m de manga (ancho), denominada en Guapi «viento y marea» por su tamaño. «Los materiales con los que trabajarán son fibra de vidrio y madera, el proceso de manufactura se llama ‘sándwich’, que es fibra de vidrio y dentro un ‘alma’ en madera», anota la diseñadora industrial.
La estructura contará con una cubierta continua, una cabina con techo en el que estará el mueble de cocina y alacena para víveres, en la proa o parte delantera tendrá literas fijas o una cama básica y un espacio de almacenamiento para redes de pesca.
Se habla de un espacio habitable porque se deben tener en cuenta los recorridos internos que hacen de tres a cuatro pescadores durante una jornada, pensar en su bienestar y en sus necesidades básicas.
El diseño de la embarcación busca ahorrar combustible, pero también optimizar la forma en que rompe las olas y aprovecha la energía; de igual manera, contará con espacios destinados para los tránsitos internos como los pasillos, comunicación y estabilidad de cada tripulante, es decir que pueda manipular la red con seguridad.
«Hasta el momento se han tomado las medidas de embarcaciones que tienen las asociaciones de pescadores que participan en la iniciativa; también se ha avanzado en la vela y en el diseño, se han realizado estimaciones sobre qué sucede cuando la embarcación está vacía o cuando está llena, para comprobar que el diseño es estable con respecto a la distribución del peso», señala.
El profesor Gabriel Ernesto Barrero Tapias, director Nacional de Innovación Académica de la UNAL y profesor del programa de Diseño Industrial de la Sede Palmira, recuerda que «el proyecto busca ir más allá de un valor transaccional por la venta del pescado».
«Se trata de transformar el resultado de una faena hecha en condiciones más humanas y de articular con las cocineras tradicionales, en un producto de la cultura alimentaria guapireña, para llevarlo a nichos de mercado que perciban y reconozcan el valor de una pesca artesanal sustentable».
Como parte del proyecto Econavipesca, en la Sede Palmira se realizó la jornada «Dinámicas de innovación comunitaria, creación de valor y sustentabilidad» y el taller «Creación de valor alrededor de la pesca artesanal».
El equipo de trabajo de la UNAL que forma parte del proyecto incluye profesores de la Facultad de Minas de la Sede Medellín, y de las Sedes Palmira y Bogotá, algunos de ellos representados por estudiantes de doctorado y maestría.